Durante una de nuestras excursiones otoñales al Parque Natural del Moncayo nos detuvimos en el antiguo Sanatorio de Agramonte, que fue un preventorio para enfermos de tuberculosis. Lo que queda del complejo está cerca del Centro de Interpretación y del merendero de Agramonte, casi en la frontera entre Aragón y Castilla y León.
Es evidente que tanto los edificios como el entorno se han ido degradando desde que se cerró a finales de los años setenta y su estado actual es ruinoso. Está muy vandalizado y hay peligro de derrumbe, así que, por motivos de seguridad, no se debe acceder al interior.
Sin embargo, su aspecto lúgubre y las tenebrosas leyendas que circulan en torno a este lugar lo han convertido en uno de los destinos más escalofriantes de Aragón. Y aunque no creas en espíritus ni en fenómenos paranormales, merece la pena conocerlo.


