El Barranco de la Hoz Seca o Cañada de Campillo se encuentra entre Calmarza y Jaraba, en la provincia de Zaragoza. Por el fondo del impresionante cañón discurre un sendero interpretativo que conduce hasta nuestro objetivo: las pinturas rupestres de la Roca Benedí.
Enseguida descubrirás que es una ruta muy interesante desde el punto de vista paisajístico y cultural. Y lo más importante: es un recorrido sencillo para toda la familia.
La ruta hasta las pinturas rupestres está bien señalizada y comienza en el desvío que lleva al Santuario de la Virgen de Jaraba (s.XVII). Unos cien metros más adelante el camino se bifurca y hay que seguirlo hacia la izquierda. Pero si quieres tener una perspectiva diferente del recorrido que te voy a contar, sólo tienes que ir por la derecha y llegarás al Mirador del río Mesa.
El paisaje del Baranco de la Hoz Seca fue modelado por la actividad kárstica unida a la acción del agua, ya que por su lecho discurría un afluente del río Mesa. Estos dos factores combinados a lo largo del tiempo han dado lugar a cuevas, galerías subterráneas, salientes rocosos y otras formaciones geológicas.
También verás información sobre las plantas que pueblan el barranco, pero lo que hace un poquito más especial esta ruta son los apriscos. Si nunca has oído esta palabra y no puedes esperar para descubrir su significado, yo te lo cuento.
Los apriscos son refugios para proteger a las ovejas y en el Barranco de la Hoz Seca fueron construidos aprovechando los recovecos naturales. De camino a las pinturas rupestres encontrarás diferentes tipos de apriscos e incluso es posible ver su interior.
De entre todos los apriscos de la comarca Comunidad de Calatayud, aquí hay uno que está muy bien conservado y tiene gran interés etnográfico debido a sus características.
Esto es así porque una de sus estancias es un brosquil, que era un corral más pequeño que servía para separar los corderos del resto el rebaño.
Tras una hora caminando y enfrente de un aprisco verás las señales que indican la subida a las pinturas rupestres de la Roca Benedí, llamada así en honor a su descubridor. En primer lugar hay que salvar el desnivel ascendiendo por una empinada escalera que te quitará el aliento.
Este es el tramo más exigente de toda la excursión pero no se tarda ni cinco minutos en superarlo. Y, por suerte, a alguien se le ocurrió poner un banco de madera al final de la escalinata.
Después sólo hay que seguir caminando por un estrecho sendero y en diez minutos llegarás al vallado que protege las pinturas.
Las pinturas de la Roca Benedí fueron descubiertas en 2009 por un vecino de Jaraba. Tras ser sometidas a estudio se determinó que tienen unos 7000 años de antigüedad y son la muestra de arte rupestre levantino más occidental de la Península.
Las figuras son de color negro pero si te cuesta verlas hay un panel explicativo que ayuda a localizar las figuras humanas y los animales que decoran la pared.
Antes de marcharte dedica unos minutos a disfrutar del paisaje, ya que desde allí arriba se domina todo el meandro que forma el cañón del Barranco de la Hoz Seca.
Y para completar el día acércate a la villa termal de Jaraba, conduce hasta el Mirador de los Buitres y visita Calmarza, donde te espera una bonita cascada.
10 septiembre 2021
