Se acerca el Día de la Madre y quizás estés pensando en sorprender a la tuya con un viaje por Aragón. ¡Y será todo un acierto!

Porque después de haber recibido collares de macarrones, cuadros abstractos, tarjetas echas con prisas (y mucho amor) y de vivir una pandemia, toca arrancarle su mejor sonrisa.

Ya lo sé, tú también quieres que te regalen ese viaje que más va con tu personalidad, aunque te encanten las manualidades de tus hij@s, así que no te pierdas este post.

Porque madre no hay más que una, pero todas somos diferentes y nos merecemos muchos días inolvidables.

Si tu madre se deshace en suspiros con una buena historia romántica y sus películas favoritas siempre tienen un final feliz, está claro que es una romántica empedernida.

Teruel es uno de los destinos más románticos de nuestro país, y no solo por la trágica leyenda de sus amantes. Una visita al mausoleo donde descansan sus restos y un paseo por la ciudad para disfrutar del arte mudéjar, harán las delicias de la madre más romántica.

Y para pasar un día inolvidable, no te pierdas la comarca del Matarraña, conocida como La Toscana Española, con pueblos como Valderrobres o Beceite y su ruta del Parrizal.

Desde que comenzó la pandemia el miedo al contagio ha sido una constante para muchas personas. Si tu madre se preocupa en exceso (y por anticipado) ante la sospecha de padecer cualquier enfermedad, este último año no habrá sido el mejor de su vida.

Para ella, lo mejor es organizar un plan lejos de las aglomeraciones y al aire libre para que el paisaje la distraiga y le ayude a desconectar.

Y si quieres que se relaje y vuelva a casa como nueva, regálale una estancia en cualquiera de los balnearios que tenemos en Aragón.

Hay madres que, independientemente de donde han nacido, tienen alma de urbanitas. Si la tuya se siente como pez en el agua en la ciudad, las posibilidades son casi infinitas: Espectáculos, tiendas de diseño, actividades culturales, restaurantes gourmet…

Una opción es comenzar el día en el Museo de Zaragoza, que incluye varias salas dedicadas a Goya, de cuyo nacimiento se han cumplido 275 años. Después puedes sorprenderla con un buen brunch en Mi habitación favorita (Calle Espoz y Mina, 33) y, cómo no, visitar a la Virgen del Pilar.

Y para terminar la tarde, un buen paseo por el Parque Grande José Antonio Labordeta para ver su jardín de tulipanes y buscar el Monumento a la Madre.

Para las más exploradoras lo mejor es una ruta senderista que las lleve a descubrir cascadas, puentes de piedra, pinturas rupestres e impresionantes paisajes.

Y si tu madre tiene mil y una aficiones, apostar por el arte y la cultura será un acierto seguro. Pueblos decorados con enormes murales; Lugares donde se mantienen vivas las tradiciones como Muel, con su Escuela Taller de cerámica o La Almunia de Doña Godina con su Museo del Juego; Tesoros arquitectónicos como la catedral de Tarazona o el castillo de Loarre, elegido recientemente el más bonito de España…

La historia de Aragón da para mucho, así que disfrutar de su patrimonio cultural y natural en cualquiera de las tres provincias es un verdadero regalo.

Si a tu madre le gusta vivir aventuras, no puede perderse las pasarelas sobre el río Vero en Alquézar, las recién estrenadas en Panticosa o las de Montfalcó, un recorrido no apto para personas con vértigo.

Pero si lo suyo son las emociones fuertes y sentir la adrenalina al máximo, no puede perderse las tirolinas de Hoz de Jaca en el Valle de Tena y Fiscal (Huesca) o la de Fuentespalda (Teruel).

Otra manera muy original y más cómoda de disfrutar del Pirineo a vista de pájaro es reservar un vuelo en avioneta en el aeródromo de Santa Cilia de Jaca. A mi madre le encantó la experiencia, ¡y a mí también!